A veces, uno tiene la dicha de coincidir pero no de conectar. Esperamos lanzar el corazón sin paracaídas como si este fuese a caer con elegancia pero solo queda hecho pedazos y nosotros, con mil preguntas sin responder.

Por eso un trozo de nosotros se va con lo que dejamos ir. Aunque en nuestra defensa, estemos aprendiendo a querernos la vida es ese bucle que un día te ahoga y otro te enseña a nadar.

Pero constantemente hay una historia esperando suceder pese a que no siempre las coincidencias nos permitan conectar. A veces, la vida se enreda tanto que hay personas que tiran y rompen y otras, que nos desenredan con paciencia y ternura...